A finales de los años 30, principios de los 40, una pareja de psicólogos afroamericanos llevaron a cabo un curioso experimento. Se mostraba a los niños dos muñecos exactamente iguales salvo por el color de la piel (uno negro y uno blanco) y se les preguntaba cuál era el más bonito, cuál era el bueno, cuál era el malo, etc. Un montón de años después, las cosas no han cambiado demasiado.